martes, 9 de junio de 2009

LA HIPOTECA






Tenemos hipotecada la mirada,
y añadimos en la larga lista
de impagos del corazón
la factura de la esperanza.
¿Quién no tiene factura?
tú, yo, él: todos.
El mundo se encuentra rebasado.
Huimos. Nos enfrentamos a dos mundos:
yo en alta mar,
tú desde la orilla gritas,
me llamas- tus manos vuelan-
me quisieran rescatar.
yo, lejana te contemplo
y te vas perdiendo en mi mirada,
eres una duna de arena,
una silueta lejana,
una ola espuma de sal,
un brizna en el aire,
en un instante, amor, ya no eres nada.

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